"La mejor forma de que un paciente aprenda a manejar su enfermedad es empoderándolo", Yolanda Rodríguez, enfermera especialista Familia y Comunitaria
El 12 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Artritis Reumatoide con el objetivo de educar a las personas sobre las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas y promover una mejor calidad de vida y tratamientos para aquellos que las padecen.
Se estima que, actualmente, la cuarta parte de la población Europea sufre de enfermedades reumáticas o musculoesqueléticas, y esta incidencia no parece querer desaparecer, por el contrario va en aumento.
El papel de las enfermeras en la artritis es primordial, destacando especialmente el acompañamiento que realizan en las diferentes etapas de la enfermedad. Para conocer más sobre los cuidados a pacientes con esta enfermedad hemos charalado con Yolanda Rodríguez Vieira, enfermera especialista en Familia y Comunitaria, actualmente en Centro de Salud O Temple, en Cambre.
La artritis reumatoide es un proceso crónico, que cursa principalmente con dolor, en el que existe inflamación articular a nivel de la membrana sinovial (capa que recubre las articulaciones). Hay un fallo en los mecanismos de control del sistema inmune que reconoce como anómalas células y anticuerpos sanos, atacándolos. En España afecta más a mujeres que hombres y es más frecuente entre los 40-60 años. La calidad de vida de estos/as pacientes se ve muy afectada, ya que la mayor parte de las erosiones articulares se producen dentro de los 3 primeros años desde el inicio de los síntomas.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de la artritis reumatoide y cómo se diferencia de otras afecciones reumáticas?
Existen distintas formas de presentación de los síntomas de la artritis, los más comunes son el dolor, la inflamación y la limitación del movimiento en las articulaciones afectadas (principalmente en los dedos de las manos y pies, en los nudillos y en las muñecas). Es común la rigidez articular, que puede durar hasta 1 hora, al levantarse de cama o tras un reposo prolongado. En algunos/as pacientes puede aparecer febrícula, cansancio generalizado y depresión.
Es un fallo muy común confundir la artritis con la artrosis por lo que es importante diferenciarlas, ya que su tratamiento y su pronóstico van a ser diferentes. Simplificando un poco la artritis sería la inflamación de las articulaciones y la artrosis el desgaste normal por envejecimiento de las articulaciones.
También tenemos la artritis psoriásica, que es una forma de artritis pero con afectación cutánea y la espondilitis anquilosante que afecta principalmente a las vértebras de la espina dorsal.
¿Cuál es el papel de las enfermeras especializadas en artritis reumatoide en el cuidado de los pacientes? ¿Qué servicios y apoyo pueden ofrecer a quienes viven con esta enfermedad?
El papel de las enfermeras en la artritis es fundamental, realizan un seguimiento muy estrecho del/la paciente desde el inicio del diagnóstico, continuando con la educación sobre la enfermedad, los tratamientos y la importancia de cuidar la salud, pero destacaría principalmente el acompañamiento que realizan en las diferentes etapas de la enfermedad, ya que a menudo sucede que este tipo de paciente vienen de una época de incomprensión y de demora en el diagnóstico adecuado.
Como servicio de apoyo siempre va a estar el equipo al completo de Reumatología, también muy importante las enfermeras/os de Atención Primaria completando ese acompañamiento y ese seguimiento de hábitos de vida saludables, y las diferentes asociaciones para pacientes que existen.
¿Cuáles son los tratamientos y terapias más comunes utilizados para controlar y gestionar la artritis reumatoide? ¿Cuáles son los desafíos más comunes que enfrentan los pacientes en este aspecto?
Uno de los desafíos más importantes para los/as pacientes es el control del dolor, ya que a veces pueden tardar meses en conseguir un tratamiento que los estabilice. En ocasiones supone estar con altas dosis de medicación corticoide y AINES. A día de hoy los tratamientos que se conocen son los anti-TNF (ayudan a frenar la inflamación), los FAME (fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad), los inhibidores de Jak, y las terapias biológicas (dirigidos al proceso inflamatorio).
La artritis reumatoide es una enfermedad crónica. ¿Cómo pueden los pacientes aprender a manejar y adaptarse a su diagnóstico a lo largo del tiempo? ¿Cuáles son algunas estrategias efectivas para mejorar la calidad de vida de los pacientes?
La mejor forma de que un/a paciente aprenda a manejar su enfermedad es empoderándolo/a. Que acceda a la información de forma veraz por parte de los/as profesionales que lo acompañan a lo largo de la enfermedad, bien sea por el servicio de Reumatología como por parte de Atención Primaria.
El seguimiento en la consulta de enfermería es un apoyo fundamental, ya no solo para la promoción de la salud (hábitos saludables, dieta equilibrada, ejercicio adaptado...) si no también para tener en cuenta que puede haber una subida de la tensión por la toma de AINES o cambios en la glucemia por los corticoides, también la revisión del calendario vacunal previo a iniciar un tratamiento. Algo importante en la artritis es dejar de fumar, en el caso de que haya el hábito, ya que empeora la enfermedad y disminuye la eficacia de los tratamientos. Desde la consulta de enfermería de atención primaria ofrecemos el programa de Deshabituación tabáquica, además de realizar un seguimiento estrecho y de dar estrategias de prevención de recaídas.
¿Qué consejos puede ofrecer a las enfermeras y otros profesionales de la salud para mejorar la atención y el apoyo a los pacientes con artritis reumatoide?
Lo principal escuchar al/la paciente e individualizar, empatía y ofertar disponibilidad, que sepan que estamos ahí para lo que necesiten. También muy importante la formación, saber la evolución de la enfermedad, entender los tratamientos pautados y sus efectos secundarios. Y sobre todo realizar un trabajo interdisciplinario, es decir, estar en contacto con los/as profesionales de Reumatología.
La educación y la concienciación son esenciales para combatir las enfermedades crónicas. ¿Qué recursos o fuentes de información recomendaría para pacientes y cuidadores que deseen aprender más sobre la artritis reumatoide?
Un recurso importante es la Lire (Liga Reumatológica Española) que este año celebra su 50 aniversario y es un punto de encuentro para pacientes y profesionales muy enriquecedor, y en esta misma línea la LRG (Liga Reumatolóxica Galega).
También tenemos la Fundación española de reumatología dónde se pueden encontrar múltiples recursos y para los/as más pequeños/as tenemos la Sociedad Española de Pediatría reumatológica.
En el contexto del Día Mundial de las Enfermedades Reumáticas, ¿qué mensaje le gustaría transmitir a las personas que viven con artritis reumatoide y a quienes están interesados en apoyar la investigación y la concienciación sobre esta enfermedad?
Que sepan que cuentan con una red de apoyo desde atención primaria en conjunto con el servicio de Reumatología.
Con respecto a la investigación y la concienciación nos queda un camino largo para seguir dando visibilidad. Desde atención primaria se realizan mesas informativas para la población como intervención comunitaria, con la finalidad de que se haga más cercano hablar sobre las enfermedades reumáticas.
¿Existen avances recientes en la investigación o el tratamiento de la artritis reumatoide que le gustaría destacar?
Cada vez los tratamientos son más específicos, desde Reumatología tienen diferentes alternativas en el caso de que la primera elección no sea la adecuada para ese/a paciente. En este caso, lo que yo aconsejo es que no se rindan, que sean pacientes en el tiempo y que al final se dará con el tratamiento adecuado.
Por último, ¿hay alguna historia o experiencia personal que pueda compartir sobre su trabajo con pacientes con artritis reumatoide que haya sido especialmente inspiradora o que le gustaría destacar...
Sí, durante mi época como residente de Enfermería Familiar y Comunitaria tuve la posibilidad de realizar una rotación con la enfermera de referencia de Reumatología. Fue una experiencia muy positiva, por un lado me dio una visión más completa de las enfermedades reumatológicas y por otro me dio un acercamiento al Servicio de Reumatología, con los que se puede trabajar de manera estrecha.