El 31 de agosto se celebra Día Internacional de la Obstetricia, para homenajear a la especialidad médica de la Obstetricia y la Ginecología en su dedicada labor de proporcionar las mejores condiciones de salud a las mujeres embarazadas, contribuyendo a la disminución de los índices de mortalidad materna y neonatal. Sin duda, las matronas son las profesionales de referencia en este campo.
Hemos charlado con David González Martínez, matrón en el ferrolano Centro de Salud Fontenla Maristany.
¿Cómo describiría el papel de un matrón, de una matrona, en el campo de la obstetricia?
Diría que es el profesional de referencia. A la hora de de acceder al sistema de salud y a los cuidados, sobre todo de prevención y de promoción de la salud. Digamos que somos la puerta de acceso, o el primer profesional al que acuden las mujeres en caso de embarazo
¿Cuáles son las principales responsabilidades y desafíos a los que os enfrentáis en vuestro día a día?
Creo que de las partes más complicadas, o quizás el mayor reto, es individualizar en cada caso las necesidades de cada mujer y de sus familias respecto a un proceso que, aunque sea algo relativamente común y algo por lo que mucha gente pasa, la vivencia y el el proceso que vive cada una de de esas mujeres es totalmente distinta. Entender las circunstancias, tanto físicas respecto a sus antecedentes personales, a enfermedades, a alergias, etc., como entender la personalidad y la parte emocional de aquellas personas a las que tienes delante y tienes que entender, creo que es, quizás, a nivel profesional, el reto más grande y lo que más desafíos plantea.
En su experiencia, ¿cómo influye el trabajo en equipo entre matronas y otros profesionales de la salud en la atención materna y neonatal?
En general, diría que la coordinación es bastante buena entre los profesionales. Cada uno tenemos nuestra parcela o campo en el que brillamos más. Aunque esos campos, obviamente, están interrelacionados y en los casos en los que hay una buena unión y una buena sensación de equipo, que por suerte es la mayoría de los casos, el abordaje que hacemos de todas las necesidades de la persona, desde la parte física a la parte emocional, la parte de la atención, la parte logística, con las citas de los administrativos…digamos que cuando todo funciona, cuando está engranado, es una máquina perfecta que consigue los mejores resultados posibles. Por eso, creo que es importante la comunicación entre profesionales y respetar cada uno los campos o aquellas partes en las que los demás tengan más competencia.
¿Cuáles son las habilidades y cualidades clave que una matrona o matrón debería poseer?
Si tuviera que resumirlo en dos, diría pensamiento crítico y científico y empatía. Con esas dos cosas, el resto es cuestión de tiempo. El resto ya lo aprenderás. Pero, con una capacidad de análisis y de entender y sobreponerte más allá de lo establecido y saber ser crítico con las cosas que haces y por qué lo haces, sumado a las ganas y a la intención de saber ponerte en el lugar del otro y volver al tuyo y saber las necesidades de la persona que tienes delante…con eso tienes el 80% del trabajo hecho. El resto, mucho estudiar y mucha práctica también. La experiencia es un grado, pero con esas dos virtudes, creo que el resto puede ir viniendo.
La tecnología está cambiando muchos aspectos de la atención médica. ¿De qué manera cree que la tecnología ha impactado y seguirá impactando en la práctica de las matronas?
La tecnología, como tantas otras cosas, es una herramienta que depende del uso que le des. Históricamente, hace, por ejemplo, cien años, la tecnología no existía en nuestra práctica clínica. Hace 50 pasó a ser una parte fundamental, indispensable y casi necesaria, y creo que cada vez más, con el paso de los años, estamos aprendiendo a utilizar la tecnología precisamente como una herramienta, mientras respetamos las partes más humanas que tiene la atención a la gente. No todo puede ser lo que me diga el pulsioxímetro o lo que me diga el monitor. Hay una parte de nuestra atención que es mirarle la cara a las personas y que es interactuar con las personas que son nuestra responsabilidad. Creo que es una herramienta extremadamente útil. Sin ir más lejos, la historia clínica informatizada, que ahora todos la utilizamos como algo dado, por decirlo así, en su momento generó resistencias para ser utilizada, y ahora no hay que andar moviendo archivos, ni trasladando papeles, ni se perdió una prueba que te hicieron en no sé dónde, porque queda todo reflejado en la historia. Creo que a la larga es una herramienta muy útil, siempre y cuando no olvidemos que una herramienta no es el fin de nuestra atención y que es un medio para mejorar aquello que ya hacemos.
¿Podría compartir alguna experiencia gratificante que haya tenido como matrón, que destaque la importancia de esta profesión?
Por poner un ejemplo, quizás por el que más se nos conoce por antonomasia, que es en el parto, cuando tú haces un buen acompañamiento y hay una parte del azar que está de tu lado, y haces todo lo mejor posible, para mí, la mayor gratificación que tiene mi trabajo es la cara de los padres cuando le dan al bebé por primera vez. Ese momento es de pelos de punta. Hay veces que es más tortuoso el camino hasta llegar ahí, y cuando llegas y todo resulta bien, la sensación de gratificación que te llevas y ver también la satisfacción en la experiencia de las personas a las que atiendes. Porque las cosas pueden salir mejor o pueden salir no tan bien, pero si las personas a las que has atendido están satisfechos con su proceso, han entendido lo que ha ocurrido y, sobre todo, si se han sentido bien acompañados ya te das por requete satisfecho
¿Qué consejos daría a las enfermeras que estén considerando especializarse en obstetricia?
Les diría que es una de las especialidades que más autonomía tiene y además, nuestro campo de trabajo es naturalmente positivo. Cuando una persona entra por la puerta, no está necesariamente enferma, ni tiene un problema. Lo que necesita es un profesional que sea su referente, que le acompañe y que le atienda en aquellas cosas que pueda necesitar. La parte positiva de dedicarte todos los días a algo que es inherentemente bueno da mucha salud mental también para uno mismo.