El linfoma es el tipo de cáncer de sangre más frecuente. Se estima que en España son diagnosticados cada año 10.000 nuevos casos. Concepción Castro es diplomada en Enfermería por la UDC en 1993 y desde hace 13 años trabaja en el Hospital de Día Onco-Hematológico de Ferrol. Con ella nos acercamos más a la realidad de esta enfermedad y al trabajo de las enfermeras con los pacientes. Cada 15 de septiembre se celebra el Día Mundial del Linfoma.
-¿Qué es el linfoma y cuántos tipos de linfoma existen?
Los linfomas son neoplasias originadas en células linfoides detenidas en diferentes estadios madurativos, lo que explica la gran variabilidad biológica y clínica de estos tumores.
La incidencia es de 3-7 casos anuales cada 100.000 habitantes. Tanto la incidencia como la prevalencia han aumentado en las últimas décadas. Las sucesivas clasificaciones de las neoplasias linfoides realizadas por la OMS han sido adoptadas por patólogos, clínicos e investigadores e incorporadas por los códigos de la clasificación internacional de enfermedades (ICD). En 2021, se ha actualizado dicha clasificación con una mejor categorización, la introducción de información genética y molecular y la eliminación de las entidades antes consideradas provisionales.
A grandes rasgos se diferencian en Linfomas No Hodgkin (LNH) y Linfomas Hodgkin (LH).
- Dentro de los LNH, podemos hacer una división por una parte según su estirpe B y T, y por otra parte, según su comportamiento clínico, en agresivos e indolentes. Esto implica muy diferentes abordajes, desde la abstención terapéutica a distintos tratamientos sistémicos (inmunoterapia +/- quimioterapia), a veces muy intensivos, y muy ocasionalmente radioterapia, dependiendo del subtipo histológico y de los factores de riesgo. También tienen muy diferentes pronósticos.
- Respecto a los LH, son linfomas de estirpe B, que engloban dos entidades diferenciadas: LH Clásico (la mayoría de ellos) y LH Predominio Linfocítico Nodular. Mas frecuentes en varones.
-¿Cuáles son los síntomas más habituales?
Las manifestaciones clínicas son muy variables y dependen de cada tipo específico de linfoma. La presencia de adenopatías es el signo clínico más característico, aunque en torno a una cuarta parte de los linfomas tienen origen extraganglionar. Astenia, anorexia, pérdida de peso, febrícula/fiebre y sudoración son los síntomas más característicos, aunque pueden ser asintomáticos, sospechándose por la palpación de una adenopatía, o la aparición de una masa mediastínica en una radiografía de tórax.
-¿Cómo interviene la enfermería en el tratamento de la enfermedad?
En nuestro servicio, realizamos las extracciones de sangre, venopunciones y curas de vías centrales, administración de tratamientos intravenosos y subcutáneos, control de la toma de medicación oral, tratamiento de soporte si es necesario y las actividades que surjan a demanda.
-¿Cómo ayuda la profesional enfermera al paciente oncológico la hora de afrontar los desafíos físicos y emocionales que padece?
Recibimos al paciente el primer día y le hacemos una composición de lugar. La sala de tratamientos es un lugar que impone mucho en el primer contacto. A lo largo de todo el proceso, procuramos siempre escucharles, intentar aclarar dudas y entender los miedos. Darles información también sobre soporte extrahospitalario como asociaciones, asistencia social, etc. Es importante que se sientan respaldados tanto ellos como sus familiares, y siempre se intenta que visiten el centro sanitario el menor número de veces posible.
-Y los desafíos emocionales de las propias enfermeras que tratan con este tipo de pacientes, ¿cómo se encaran?
En nuestro servicio, procuramos compartir entre nosotros nuestras emociones y hasta ahora hemos conseguido gestionar bien este tipo de situaciones. Es verdad que a veces es complicado no involucrarse con personas a las que tratas durante mucho tiempo y con quien terminas creando un cierto vínculo. En los últimos tiempos, el área sanitaria está ofertando también bastante formación relacionada con el autocuidado y la gestión de las emociones.
-¿Cuáles son las técnicas más novedosas en el tratamiento del linfoma y qué resultados tienen?
Inmunoterapia con anticuerpos monoclonales, quimioterapia, combinación de ambas, trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos y terapia celular (CAR-T) en algunos casos.
-¿Cuántas enfermeras trabajáis en el Hospital de Día onco-hemotológico del Área Sanitaria de Ferrol?
En total somos 7 enfermeras, 3 TCAE, y nuestra supervisora del Servicio. Una de nosotras se encarga de la consulta del Consejo genético y, próximamente, comenzará a funcionar la consulta de enfermería oncológica.
-¿Cómo es vuestro día a día?
A primera hora, tres de nosotras hacen extracciones de sangre y la cuarta con una TCAE empieza la administración de medicación y se ocupan de hacer curas, tareas administrativas y lo que surge a demanda. A partir de las 10:30 h., las cuatro nos dedicamos básicamente a la administración de la medicación programada y lo que vaya surgiendo a demanda. La consulta del consejo genético funciona de 08:00 a 15:00. Por la tarde, dos enfermeras se dedican también a la administración de tratamientos, curas, mantenimiento de reservorios y labores administrativas.
-¿Cómo cambió el trabajo de las enfermeras desde que empezaste?
La carga de trabajo ha aumentado mucho, tanto a nivel asistencial como administrativo. Al margen de los tratamientos médicos, tanto para nosotras como para los pacientes creo que el uso de las PICC (catéter central de inserción periférica) y la aparición de la vía subcutánea han sido una gran avance en seguridad, confort y, por tanto, mejor calidad de vida.